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“No es necesario sacrificar el sabor para comer mejor”

Nunca se dieron cuenta que era garbanzo y arroz”. Alejandra Sirhan relata así el momento en que vio que las galletas que hacía para su sobrina con alergias alimentarias tenían potencial. La diseñadora de 32 años es fanática de la cocina y, cuando supo que la hija de su hermana lo pasaba mal en los cumpleaños de niños porque no podía comer nada de lo que había en la mesa, decidió prepararle unas galletas especiales conservando la forma de las que se comen habitualmente.
Según un estudio realizado por el Observatorio Nutricional Nestlé y la Universidad Finis Terrae, más del 30% de los niños tiene alguna alergia o intolerancia alimentaria. A nivel mundial, estudios señalan que entre un 6% y 8% de personas tiene algún tipo de alergia. Hoy se sabe que cualquier alimento puede causar una reacción, pero son ocho los que concentran el 90% de ellas: soya, huevo, trigo, maní, leche, nueces, pescado y mariscos.
Alejandra explica que debido al caso de su sobrina comenzó a informarse más sobre este tema. Lo que nunca imaginó es que había tanta gente con alergias hasta que, luego de decidirse, comenzó a vender por Instagram su producto. “Me fui dando cuenta que era mucha gente y no solo un nicho para niños. Ha sido súper gratificante ser una solución para personas que no pueden comer de todo”, señala.
De la cocina a dos toneladas al mes
Al ver que había un claro potencial comercial, Alejandra aprovechó un momento en que estaba sin trabajo para dedicar su tiempo y esfuerzo a Eat Clever. Comenzó en su cocina moliendo los garbanzos a mano y, con mucho ensayo y error, llegó a sus “Clever Cookies” de chip de chocolate, su producto estrella. “Le di con el palo al gato”, indica.
Con su producto estrella, las ventas por Instagram comenzaron a crecer y decidió así formalizar su empresa y buscar un maquilador. Partieron con una galletería pequeña que tenía su propia distribución. Eat Clever le entregaba los ingredientes y los envases y ellos el producto terminado. Al año, les empezó a ir muy bien y tuvieron que cambiarse de maquilador a uno con más capacidad, ya que hoy producen dos toneladas al mes.
Luego de tocar muchas puertas sin éxito, lograron encontrar con un distribuidor que logró ver el potencial de estas galletas. Hoy viven una situación distinta, ya que Eat Clever es parte del programa 100% de Unimarc, que les permite estar presentes en todas las regiones del país y encontrar sus productos en 279 supermercados.
“Al estar en el programa la gente nos empezó a conocer y se dan cuenta que es un producto confiable, porque estar en el retail igual te da eso. Es una vitrina super importante para que te conozcan porque es difícil, sobre todo nuestro producto ya que piensan que es una galleta sin gluten, fome, pero la prueban y tenemos muy buena recompra, entonces nos ha dado la posibilidad de que la gente lo pruebe”, destaca.
Marcela Salas, gerenta de Sostenibilidad de SMU, explica que “el programa 100% Nuestro nos permite como compañía promover y visibilizar productos nacionales e innovadores como Eat Clever. En este caso, destacamos especialmente que sea un emprendimiento impulsado por una mujer y que entrega una solución concreta a muchas personas que tienen restricción alimentaria. Desde el 2012 hemos trabajado con más de 400 pymes, impulsándolas y ayudándolas a estar en las góndolas de nuestros supermercados”.
Rompiendo paradigmas
Alejandra dice que no basta con hacer galletas que se vean en apariencia como las normales, sino que tienen que ser ricas, “porque si no lo son, por muy saludables que sean la gente no se las va a comer. Hemos tratado de romper un poquito ese paradigma de que la comida saludable es harinosa, fome y aburrida”.
Esa es la magia de Eat Clever, que hoy cuentan con 12 productos, 6 de ellos se pueden encontrar los Unimarc del país. “Yo entendía la química de los productos, tenía una noción y sabía que necesitaba la textura adecuada, el dulzor adecuado y varias características que se complementaran para llegar a lo que somos hoy”, detalla la diseñadora.
“Siempre trato de destacar que los productos son muy ricos y eso es lo que nos diferencia de otros del área saludable y te trae el recuerdo de un producto tradicional, de cualquiera de la góndola. Una vez que la gente nos prueba, se da cuenta que no es necesario sacrificar el sabor para comer mejor”, concluye Alejandra.
Su sobrina ya tiene nueve años y a excepción del gluten, puede comer casi todo sin inconvenientes. Sin embargo, es fanática de Eat Clever y las sigue prefiriendo.

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