Hoy lamentamos profundamente el fallecimiento de Don Ernesto Figueroa Díaz a los 86 años, un destacado profesional que dedicó su vida a los supermercados, especialmente al área de Fiambrería, donde se destacó significativamente.
Don Ernesto nació el 9 de febrero de 1938 en Valparaíso, en el Cerro Mariposa del puerto. A temprana edad, sufrió la pérdida de su padre, y fue su madre quien lo crió con gran esfuerzo. Sin estudios formales, salió adelante a fuerza de empuje y rigor. Su vida, desde pequeño, fue de mucho esfuerzo.
Sus inicios laborales se remontan a 1954, cuando trabajaba en la empresa Tres Montes en Valparaíso, desempeñándose como mensajero repartidor en triciclo, vendiendo té y café. En esa época, el mismo ayudaba a envasar los productos, los que pósteriomente ofrecía por las calles del Puerto. ” Empecé a trabajar en la compañía porque me gustaba andar en bicicleta, nunca imagine que iba a estar donde estoy ahora” recordo Don Ernesto sobre aquellos años. En aquella epoca, tuvo la oportunidad de participar en la creación de los quesos Los Hornos, pertenecientes a la compañía, junto a Don Manuel Ibáñez Scott.
Despues de unos años fue trasladado a Santiago, donde fue Junior en las antiguas oficinas de la compañía ubicadas en la calle Amunategui, hasta que se inauguró el primer supermercado y él entró a la sección Fiambrería y Lácteos como aprendiz. Cuando se abrió el local Almac de Vitacura, él pasó a ser jefe de esa sección y luego fue ascendido a jefe de Perecederos. El siguiente paso fue ser supervisor de toda la cadena Almac en Fiambrería y Lácteos, y cuando se inauguraron los Ekono, éstos también estuvieron bajo su supervisión.
En el local Almac de Bilbao fué donde conoció al amor de su vida, la Sra. Amelia Calderón. Segun el comentaba, al principio pololearon a escondidas durante un tiempo, ya que la empresa no permitía relaciones entre empleados…”Habia que ir a pololaer bien lejitos del supermercado… después tuve que ir al Departamento de Personal a pedir permiso para casarme con ella y no nos pusieron ningún problema”, relataba. Esta hermosa relación, perduró por 58 años hasta su muerte.
Su carrera profesional se consolidó en la Empresa D&S, donde se desempeñó como supervisor de Fiambrería. Era un hombre simpático y carismático, amante del fútbol, siempre participando en los campeonatos de la empresa mientras pudo. Fanático del equipo Wanderers de Valparaíso, fue un caballero de tomo y lomo, muy responsable y experto como nadie en Fiambrería. Fue un gran formador de generaciones enteras de grandes fiambreros, distinguiéndose siempre por su cercanía con las personas y su capacidad para transmitir sus amplios conocimientos.
Don Ernesto se caracterizaba por ser muy amable, especialmente con las mujeres, a quienes respetuosamente y como simpatica anécdota, les ofrecía una taza de café endulzada con la mirada de sus ojos.
Los que lo conocian concuerdan que su pasión era dar una buena atención a todos los clientes. Ser preocupado, atento y servicial eran sus principales características.
Uno de sus compañeros más estrechos, Patricio Sepúlveda, quien trabajó codo a codo con Don Ernesto, lo catalogó como un muy buen amigo, un profesional de excelencia, un vendedor empedernido y un excelente compañero, siempre dispuesto a ayudar y hacer siempre un buen trabajo. Le encantaba emprender cosas nuevas relacionadas a su área.
En el area personal, como padre fue muy preocupado y cariñoso con sus dos únicas hijas, siempre estuvo presente en todas sus actividades, aunque a veces un fue un tanto reservado. De todas formas, amor y cariño nunca falto en la familia.
Hoy, los supermercados están de luto por la partida de un gran profesional que dedicó su vida a compartir su sabiduría con generaciones enteras. Don Ernesto Figueroa Díaz será recordado como un gran ser humano y un pilar fundamental en la historia de los supermercados en Chile.
Mañana sábado será el velatorio en Gorbea 1874 desde las 9:30 a 20:00 horas. La misa en su memoria será a las 12:00 en la misma dirección. El domingo 28 a las 10:30 hrs serán los funerales en el cementerio metropolitano.
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