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Estrategias de precios: cómo los supermercados aumentan sus ventas

En el competitivo mundo de los supermercados, cada detalle cuenta. Desde la disposición de los productos en los estantes hasta la música de fondo, todo está diseñado para influir en las decisiones de compra. Pero hay un elemento clave que es la madre de todas las batallas: el precio. Lejos de ser solo un número, los precios son herramientas psicológicas poderosas que los supermercados utilizan para maximizar las ventas y fomentar la fidelidad del cliente.

Aquí exploramos cómo estas estrategias funcionan y qué ejemplos concretos están marcando la diferencia en el sector.


¿Qué son los precios psicológicos?

Los precios psicológicos son técnicas que aprovechan la percepción del consumidor para hacer que un producto parezca más atractivo o asequible de lo que realmente es. Estas estrategias no se basan únicamente en el valor real del producto, sino en cómo se percibe dicho valor.

Según expertos en marketing, estas tácticas funcionan porque el cerebro humano tiende a simplificar y categorizar la información rápidamente, lo que influye en las decisiones de compra sin que el consumidor sea completamente consciente de ello.


Principales estrategias de precios psicológicos en supermercados

  1. Precios terminados en 1.990 o 9.990

Esta es quizás la estrategia más conocida. Productos con precios como $1.990 o $4.990 se perciben como significativamente más baratos que los redondeados a $2000 o $5000, aunque la diferencia real sea mínima. Los consumidores tienden a fijarse en la cifra izquierda del precio.

Actualmente algunas cadenas como Unimarc o Lider quiebran la regla con la promoción de productos a Mil, ya que en este caso, destacan el valor de ciertos productos que normalmente están a un precio mayor.

Ejemplo: Walmart
Walmart utiliza precios terminados en .97 o .88 para resaltar promociones o productos en liquidación. Esta estrategia no solo atrae la atención del cliente, sino que también genera la percepción de que la cadena está ofreciendo los mejores precios.


  1. Anclaje de precios

El anclaje es una técnica que consiste en colocar productos con precios altos junto a alternativas más económicas, haciendo que estas últimas parezcan una ganga. Esto guía al cliente a elegir el producto más barato, incluso si originalmente no planeaba comprarlo.

Ejemplo: Costco
Costco utiliza esta estrategia en sus productos de marca privada. Colocan artículos premium junto a versiones más económicas bajo su propia marca «Kirkland Signature», incentivando a los clientes a optar por la opción más barata pero igualmente de calidad.


  1. Precios «por unidad» o «por peso»

Cuando los productos se presentan con precios por unidad o peso, los consumidores perciben mayor control sobre el gasto. Esto es común en productos frescos como frutas, verduras o carnes.

Ejemplo: Lidl
Lidl destaca los precios por kilo de productos frescos, incluso cuando se venden en paquetes. Esto genera la impresión de transparencia y ayuda a los clientes a comparar y justificar su compra.


  1. Ofertas por volumen («3×2» o «compra más, paga menos»)

Estas promociones incentivan a los consumidores a comprar más productos de los que originalmente planeaban adquirir. Aunque parezca un ahorro, en muchos casos, el cliente termina gastando más.

Ejemplo: Carrefour
Carrefour utiliza ofertas como «Llévate 3 y paga 2» o «Segunda unidad al 50%» en categorías básicas como productos de limpieza o alimentos enlatados. Estas promociones son especialmente atractivas porque generan la percepción de un descuento significativo.


  1. Precios en números redondos para productos premium

Mientras que los precios terminados en .99 sugieren ahorro, los números redondos (como $20 o $50) se asocian con calidad y exclusividad. Esto funciona bien con productos premium o marcas de alta gama.

Ejemplo: Whole Foods
Whole Foods utiliza precios redondos en sus productos orgánicos y gourmet, como vinos o quesos importados, reforzando la percepción de lujo y calidad.


  1. Descuentos progresivos

Esta estrategia ofrece mayores descuentos a medida que el cliente compra más. Por ejemplo, «10% de descuento por la segunda unidad y 20% en la tercera». Esto anima al consumidor a gastar más para maximizar su ahorro.

Ejemplo: Tesco
Tesco implementa descuentos progresivos en productos no perecederos como bebidas o artículos de higiene personal, alentando a los clientes a abastecerse mientras perciben que están ahorrando significativamente.


  1. Eliminación del símbolo de la moneda

Al eliminar el símbolo de la moneda (€, $, etc.), los precios parecen más amigables y menos relacionados con el gasto. Esto es común en alimentos preparados o servicios dentro del supermercado.

Ejemplo: Marks & Spencer
En sus cafeterías, Marks & Spencer muestra los precios sin el símbolo de la libra esterlina. Por ejemplo, en lugar de £5, el precio aparece como «5». Esta técnica hace que el consumidor se enfoque más en el valor del producto que en el costo.


  1. Promociones «por tiempo limitado»

La urgencia es una herramienta psicológica poderosa. Las promociones que tienen una duración corta, como «Solo por hoy» o «Esta semana», incitan a los clientes a tomar decisiones rápidas para no perder la oportunidad.

Ejemplo: Aldi
Aldi utiliza promociones semanales llamadas «Special Buys», en las que ofrece productos no alimentarios a precios reducidos durante un tiempo limitado. Esta estrategia no solo atrae tráfico a la tienda, sino que también fomenta compras impulsivas.


Impacto de estas estrategias en el comportamiento del consumidor

Las estrategias de precios psicológicos tienen un impacto directo en cómo los consumidores perciben el valor de los productos. Según estudios de mercado, estas tácticas pueden aumentar las ventas hasta en un 30%, especialmente cuando se combinan con promociones atractivas o una correcta colocación en tienda.

Sin embargo, los supermercados deben ser cuidadosos al implementarlas. Si los consumidores perciben que están siendo manipulados, puede generarse desconfianza. Por ello, muchas cadenas combinan estas estrategias con campañas de transparencia y comunicación clara sobre sus precios.

Carteles de Precio a mano

En un mercado tan competitivo como el de los supermercados, los precios no son simplemente números: son herramientas de persuasión que, bien utilizadas, pueden influir significativamente en las decisiones de compra. Las cadenas que dominan estas estrategias no solo incrementan sus ventas, sino que también fortalecen la percepción de valor y satisfacción entre sus clientes.

A medida que el retail evoluciona, estas tácticas seguirán perfeccionándose para adaptarse a las nuevas expectativas del consumidor, demostrando que el precio no es solo una cuestión de economía, sino también de psicología.

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